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Ross Ulbricht creo una plataforma anónima, libre y abierta en Tor llamada Silk Road. En Silk Road se vendía ropa, arte, libros, objetos de colección, equipos informáticos, productos electrónicos, ….y, sí, drogas. Pero, según los que lo utilizaban, Silk Road era posiblemente la forma más segura de vender drogas: sin violencia callejera, sin negocios turbios y sin fentanilo. Todo se sometía a pruebas y revisiones por pares, como un Amazon de sustancias.
Por ello, el gobierno le dio dos cadenas perpetuas sin libertad condicional por cargos no violentos, incluido el lavado de dinero, solo por usar Bitcoin. Se basaron en pruebas cuestionables y lo convirtieron en un ejemplo. ¿De dos agentes del FBI que investigaron a Ross? Bueno, en unos años fueron a la cárcel por fraude y robo de Bitcoin de la investigación de Silk Road...
Así pues, incluso si uno piensa que Silk Road fue un problema, hay que admitir que el castigo fue tremendamente desproporcionado. No se trata sólo de Ross o de un mercado, sino de la extralimitación del gobierno y del poder del Estado para aplastar a los individuos con leyes vagas.
El caso de Ross fue una advertencia a la innovación.